Santal
Los arbustos odoríferos del sándalo australiano, ofrecen un perfume que se tiene costumbre de asociar con la meditación. En cabeza, la fragancia es soleada con esencias mediterráneas: mandarina verde, limón y ciprés, que se desarrollan sobre un corazón de mirto y de romero, con la calidez del almizcle y el cedro.